No ver, ni oír, ni hablar.

Creemos que, más que como los monos de la talla japonesa, quieren que nos quedemos como estos otros, y que aplaudamos si nos dan un plátano.
No dejan de ser chuscos los motivos por los que se deniega el permiso, ni más ni menos que: «implicaría un uso privativo ocasional y temporal, para una determinada entidad, pública o privada, confesional o aconfesional, en perjuicio de los espacios públicos«.
En este pueblo estamos acostumbrados a ver mesitas de cuestación de la Cruz Roja, de la Asociación Española contra el Cáncer, de la iniciativa «Muévete», del Bus Emprende, del de Rehabilitación de Viviendas, del Concurso de Pintura Rápida, de los niños que venden manualidades para pagarse el viaje de estudios y del monumental Belén. Todos ellos deben gozar de un especial don de inmaterialidad que les permite, ya sean de chapa o de cartón, no ocupar privativamente el espacio público.
De imaginación, lo que se dice de imaginación, no andan muy sobrados en el Consistorio a la hora de argumentar. A lo mejor lo que querían decir era: «No os damos permiso porque no queremos que vuestra voz se oiga». O lo que es peor: «No os dejamos, sencillamente, porque no nos da la gana», pero no se han atrevido a dar rienda a sus sentimientos. Cela hubiese explicado llanamente que no les sale de ciertas partes y seguro que esa es la expresión más acertada para describir su actitud.
Lo malo es que esta falta de imaginación la muestran también a la hora de encontrar soluciones y hacer propuestas para sacar a esta localidad del callejón donde la han metido.
PUES NO NOS VAN A CALLAR. CON MESAS O SIN MESAS ESTE DOMINGO 14 DE MARZO ESTAREMOS
EN LOS JARDINCILLOS Y EN LA PLAZA DEL AYUNTAMIENTO INFORMANDO A LOS VECINOS.
¡ACOMPAÑADNOS!
Y nos preguntamos, ¿tendremos que volver a esto?

Esperemos que no.
Foto de Pedro J. Pacheco bajo licencia Creative Commons
Deja una respuesta